Al año siguiente la final tuvo lugar en el Ámsterdam Arena de los Países Bajos, donde el Chelsea FC ganó 2-1 al Benfica, con un gol de Branislav Ivanović en el último minuto del partido. El Futebol Clube do Porto se proclamó campeón tras vencer en la final de Dublín al Sporting de Braga, gracias al solitario gol de Radamel Falcao.