El gol fue convalidado por primera vez, ya que la FIFA lo había aceptado recientemente. En el partido de vuelta en La Rosaleda, jugado el 16 de junio de 1990, el Málaga logró igualar la eliminatoria y forzar la prórroga con gol de José Antonio Rivas. En la tanda de penaltis, el portero malaguista Pedro Jaro realizó dos paradas que se vieron lastradas por los fallos de Rivas y del propio Jaro desde el punto de penalti.