Terminó como la peor defensa del Mundial con 14 goles encajados. De ahí, de la mano del nieto, a la Escuela, donde fue aliado de 8-10 mil chavales, a quienes rellenó ficha y orientó en cientos de viajes. «Quiero destacar esa capacidad de hacer las cosas en equipo y llegar hasta donde más no podíamos hacer; es parte de nuestra naturaleza y nuestra forma de ser que cuidamos desde que los chicos se ponen la camiseta desde muy pequeños».