En el Mundial de Suecia de 1958, Argentina debutó contra Alemania Federal, debiendo cambiar por primera vez en su historia el clásico uniforme celeste y blanco a bastones, usando la casaca amarilla del pequeño club IFK Malmö. Un año después, llegó la Copa Mundial de 1930 en Uruguay, la primeriza edición disputada en Sudamérica. En la primera fase del torneo, quedó agrupada en el Grupo 1 junto a Francia, México y Chile.