Después de la Copa del Mundo, Bilardo renunció, asumiendo que su época había terminado, al igual que su capitán Maradona, que había anunciado poco después de la caída ante Alemania que el Mundial de 1990 había sido su último torneo con la selección. En el año del retorno a Segunda el Córdoba fue dirigido por Paco Jémez, y a sus órdenes el equipo desarrolló un juego muy vistoso, pero el cual no se vio recompensado por la suerte en los minutos finales de los partidos.